La parte divertida y la parte no divertida de mis cursos
Hace 23 años empecé a trabajar como desarrollador en prácticas. Al principio fue complicado, por varias razones.
La principal, el sistema educativo no te prepara bien para el mundo laboral. Tú aparecías en una empresa y tenías que sacar el trabajo. No siempre tenía ayuda.
Me atraía un conocimiento que normalmente a la gente le daba pereza y le costaba mucho. A mí, me costaba un poco menos porque me fascinaba.
Así que empecé a profundizar en eso. No había muchos libros y los que había eran caros, pero los compraba.
Cambié muchas veces de tecnología y buscar cómo aplicar este conocimiento en cada una de ellas me llevo muchas horas de frustración. Los primeros años fueron jodidos, pero poco a poco fui siendo mejor, hasta que empecé a dominar este conocimiento y destacar.
Empezaba a ver resultados y cada vez lo transmitía mejor. Entonces empecé a formar a gente y aprendí a lidiar con los negacionistas de este conocimiento. Esa parte también fue complicada y un dolor.
Siempre las mismas batallas, pero no me quejo, eso supuso un aprendizaje brutal para aprender de qué forma tenía que convencer a cada tipo de persona.
Hoy en día me gano la vida, entre otras cosas, impartiendo cursos sobre ese tipo de conocimiento que tanto me costó aprender: diseño de software, testing y saber trabajar con código legado.
Hace poco un cliente me pidió presupuesto y cuando le dije el precio me dijo que le parecía caro. Entonces le contesté esto:
Mi trabajo tienes dos partes, la parte divertida y la parte no divertida. La parte divertida es conectarme 4 tardes con tu equipo y enseñarles lo que sé, trato de hacerlo ameno, que aprendan y pasármelo bien con tus empleados.
Es la parte que se ve.
Luego está la que no se ve. La parte no divertida. Que es pasarme más de 20 años leyendo, aprendiendo, fallando, frustrándome una y otra vez, preparando cursos, viajando solo, comiendo solo y durmiendo en hoteles, hasta que he conseguido enseñarlo como lo hago actualmente.
Tú pagas por las dos, aunque solo ves una.
Todos quiere pagar solo la parte divertida, pero se olvidan del tiempo y dedicación que supone la parte no divertida que me ha llevado hasta donde estoy y que les estoy ahorrando a ellos.
Tengo una newsletter privada donde cuento historias que me han pasado desarrollando software en los últimos 20 años. A veces son historias más del lado del código y otras veces del lado de la persona o del negocio.
Además, es la única forma de acceder a mis cursos sobre diseño de software, testing y saber trabajar con código legado.
Si te interesa, puedes suscribirte desde aquí:
PD: La parte no divertida es la que se quiere ahorrar todo el mundo y además no pagar por ella tampoco